Sentimiento de Orfandad
¿Puede un adulto de treinta, cuarenta o cincuenta años sentirse en estado de orfandad cuando fallece alguno de sus padres?
Hay mujeres y hombres adultos que no lo piensan y ni lo llegan a sentir como un estado de orfandad. Al contrario, son tantas las cosas que hay que arreglar en esos momentos que muchas hijas e hijos adultos no lo llegan ni a considerar.
La muerte de uno de nuestros padres nos hace darnos cuenta que ahora somos nosotros los que ocupamos su lugar, nos percatamos que entre la muerte y nosotros ya no hay nadie y que, al final del día, la persona con quien tuvimos una historia de años ya no está.
El adulto huérfano, Alexander Levy
Alexander Levy es autor del libro El adulto huérfano. En este texto se hace la siguiente pregunta: ¿pueden los hijos e hijas vivir una suerte de desengaño cuando fallece uno de los padres? Para este autor la respuesta es sí.
Y es que Alexander Levy nos dice que muchas veces los hijos y las hijas se dan cuenta que sus padres son, a pesar de las fantasías infantiles que pudieran tener sobre ellos, humanos con errores y virtudes.
Incluso, pueden darse cuenta que el sentido de continuidad con la vida no es fijo ni estático. Es como si de pronto se dieran cuenta que ellos han crecido y que la vida seguirá para ellos y que habrá cosas que sus padres ya no verán.
La verdad es que cada uno de los hijos e hijas aprenderá una lección a partir de la ausencia de los padres.
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