Herida de traición
La herida de la traición es un tipo de cicatriz emocional que surge en la niñez, cuando se ha experimentado una sensación de engaño por parte del padre o la madre, como cuando percibimos que no cumplieron una promesa, no brindaron la protección que esperábamos, o mintieron.
Este sentimiento puede marcarnos y afectarnos en la adultez, manifestándose como desconfianza, baja autoestima y necesidad de ejercer control sobre otros, entre otras cosas.
Sanar la huella o herida de la traición no es fácil. Primero hay que observar qué pasó, cómo lo vivimos, cuáles eran nuestras circunstancias, qué sentimos. Y con esta claridad, trabajar para identificar los comportamientos que nos dañan y entender que detrás de los actos de nuestros padres no necesariamente había maldad.
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