¿Estamos preparados para la muerte?
La muerte es un proceso natural de la vida, tan orgánico como el nacimiento de un nuevo ser. Pero cuando nos toca de cerca llega de repente un huracán de emociones cambiantes: un dolor profundísimo, impotencia, amargura, vulnerabilidad, tristeza, melancolía, entre muchas otras, para las que no estamos preparados.
La mente, por su parte, actúa de manera diferente: con reacciones intensas, impulsivas y cambios drásticos de conducta.
El dolor es inevitable, sin embargo, para vivirla con menos sufrimiento, ¿nos preparamos para la muerte?
Tanatología
Una definición concreta es: “el estudio de la vida que incluye a la muerte”. Del griego thanatos (muerte) y logos (estudio o tratado), el objetivo de la tanatología es proporcionar ayuda profesional al paciente con una enfermedad en etapa terminal y a sus familias, o a una persona que esté en viviendo algún tipo de pérdida.
La tanatología fue aceptada como ciencia a partir de los años 50. La Dra. Elizabeth Kürbler-Ross, una de las grandes especialistas en tanatología, concebía la muerte como un pasaje hacia otra forma de vida.
La tanatología pretende entre otras cosas, ayudar a crear sistemas de creencias propios sobre la vida y la muerte, no como una fantasía o castigo, sino como la aceptación de la muerte como un proceso natural. Así como preparar a la gente para asumir la muerte propia y la de los seres queridos, de forma sensible e inteligente, y ayudar a entender la dinámica de la pena desde un punto de vista humano, en el cual se acentúa la importancia de las emociones.
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